miércoles, 22 de agosto de 2018

El vino de marfil

Nuestro barco la botella,
el mar; el vino,
 Como vela; la etiqueta,
el mapa; nuestra esencia.


El origen:
En 1652 el holandés Jan Van Riebeeck llegó a los confines del mundo conocido por el occidente. Con apenas cinco pequeños barcos y un centenar de marinos a su cargo levantó un precario fuerte de barro en las costas del extremo sur del continente africano para fundar Ciudad Del Cabo. A partir de este momento la antigua historia de la desigualdad y la esclavitud iniciaría a trazar sus pinceladas en este continente, pero, también; cierto es que una copa en los relatos del vino comenzaría a llenarse… después, después vendrían siglos de desasociego, opresión, tristeza y desolación hasta la llegada del inolvidable león de la igualdad: Nelson Mandela.
Las primeras gotas:
Es importante señalar que Sudáfrica es el país productor de vino más antiguo fuera de Europa. Si bien, los holandeses plantaron las primeras vides en el siglo XVII, la tradición vitivinícola se perfeccionará  tras la persecución del protestantismo por el rey Sol y la posterior salida de los hugonotes franceses y su llegada al continente africano en 1688.

Un rápido recorrido:
La mayoría de sus vinos vienen del Cabo de la Buena Esperanza, en particular los distritos de Franschhoek, Paarl, Robertson, Stellenbosch y Constantia. También, no hace mucho tiempo se estrenó en la lista de popularidad la región de Durbanville. El recorrido por los viñedos sudafricanos es vasto, a penas mencionar sus 18 rutas del vino, destacando entre ellas la más larga del mundo: Ruta 62, ésta serpentea por varias ciudades características como Oudtshoorn, Langkloof, Barrydale, Montagu, Ashton, Robertson y Ceres. En pocas palabras, nos lleva desde el Cabo Occidental hasta Cabo Oriental.

¿Qué probar?
Sobre las uvas podemos mencionar El Chenin Blanc, conocido en Sudáfrica como Steen, la cual ha sido plantada con gran éxito en los últimos años; Y por su puesto, la uva estelar es la Pinotage, una cruza entre el Pinot Noir y Cinsault que sólo se encuentra en Sudáfrica.
Entre los mejores productores podemos hallar a Charles Beck, De Tour y Villiera, pero ninguno como el grandioso Roodeberg de KWV, un excepcional tinto de gran cuerpo, equilibrado sabor y carácter complejo; especias, bosque tropical y frutos negros maduros, acompañante ideal de cualquier carne de caza, amistad o amor.

Con sus antiquísimos suelos, Sudáfrica es considerada la cuna de la humanidad. Las imponentes  Cadenas Montañosas del Cabo ofrecen al espectador una postal inigualable, llenando la vista con un paisaje hermoso, salvaje, y casi inhóspito enmarcando una de las más hermosas regiones vitivinícolas del mundo. Los viñedos parecen descansar plácidamente sobre los fondos de los valles y sobre las laderas, los cuales van delineando sutilmente las hileras de parras que han de subir hasta lo más alto de las montañas. Sin embargo, Esta bella imagen poética comienza a contrastar con el horizonte ya cercano donde la gran crisis del agua pronostica años venideros complejos para la industria, y aún más difíciles para su población.

Disfruta cada uno de los vinos sudafricanos y promueve el consumo responsable. Recuerda, todo nos afecta más temprano que tarde.

Sommelier ALEXGuerra.

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